Mirar mi hogar y reconocerme cansada de asearlo no me causa gracia alguna, aún no logro volver a mis ritmos (de antes del viaje) ha de ser porque la que se fue no es la misma que volvió.
Tener que lidiar con los niños que se levanten y no se paseen mientras limpio es un poco agotador, y la verdad no tengo ganas de hacerlo...
De seguro a todos nos pasa que hay algunos días que no queremos hacer las cosas...
Vamos que se puede, sin que nadie muera en el intento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario