sábado, 27 de julio de 2019

Sábado 29 junio 19


Día relajado, fuimos a comprar algunas cosas y después de almuerzo nos fuimos a la piscina para descansar un rato, porque volviendo a casa esa opción no existe.
Estando aquí siempre pienso que Hawai está tan cerca y la tripulación se queda en este mismo hotel...me pregunto si es una señal.
En la noche salimos a cenar con mi hermano y familia, al abrazar a mi sobrina me di cuenta que extraño los abrazos de mis hijos...snif. Es el costo de este viaje, me gusta mi silencio, mi espacio y no tener que estar todo el rato pensando en que hay que cocinar, el aseo, llevar y traer niños...
A diferencia de mi amiga yo no me siento culpable ni creyendo que los abandono, si no todo lo contrario. Me siento una guerrera por estar aquí, me siento feliz de poder soltar, de permitir que ellos hagan lo que crean necesario. Siento que ha sido un buen tiempo para que todos demos pasos, para que mi marido se empodere en casa y con los niños.

Mi marido me llamó para decirme que le están ofreciendo otra posibilidad en su trabajo, quería saber mi opinión, a mi me parece que todo lo que sea su reconocimiento es bueno para él. Le dije que este espacio que está conociendo en casa le ayuda para ampliar su mirada. Y que lo felicito por sus logros. Sus éxitos y los míos van tomados de la mano, porque está uno apoyando al otro.
Cuando uno no está es el otro el que soporta en el hogar con los niños.
Necesitamos del compañero para generar los espacios sagrados personales, los cuales nos ha costado recuperar. Cada etapa ha requerido un tiempo de preparación familiar, emocional, física y espiritual.

No hay comentarios: