viernes, 19 de julio de 2019

Lunes 17 junio 19

Íbamos a unas cavernas, pero nos dijeron que están demasiado lejos para poder pasear por el día, entonces nos recomendaron ir a un parque que tiene cuevas. Finalmente estamos todos listos, se demoró la salida, andar con mas gente con diferentes ritmos tiene su costo...
El lugar impresiona, hay unos cerros bellos con huecos en muchos lugares, bellas cuevas donde entra la luz y el color el verde de los árboles.
Hay bastante silencio, a ratos los arboles perfuman el lugar.
Me siento responsable conmigo misma de caminar a mi ritmo, de aprovechar mi tiempo para recorrer, conocer, disfrutar.  Parto sola sorprendiéndome con el lugar y su majestuosidad.
Me acerque a un gran árbol que tiene el tronco vetado y rugoso por capas. Logro percibir su olor y quedo sorprendida por su rica fragancia, busco a mi hermano para poder comprobar que no es una fantasía... Gracias bello árbol por estar en este lugar.

La última parte de la caminata es un camino que nos lleva a las cuevas mas altas del lugar, son bastantes escaleras empinadas las que hay que subir. Antes de llegar prefiero refrescar mis pies en un riachuelo que pasa con el agua fría y cristalina.
Estar arriba da el placer de una vista maravillosa, se ven las copas de los arboles y a al distancia  contrastan con las nubes grises del cielo.
El retorno debiera ser mas rápido ya que va a llover.
Cuando llegamos al plano las gotas comenzaron a mojarme, me siento profundamente agradecida y bendecida de la posibilidad de estar AQUÍ.




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