Hoy en la mañana sonó mi teléfono con un sonido que no escuchaba hace muuuuuchos días, era mi marido, había llegado a Chile al fin, y se prestaba a salir del aeropuerto de regreso a casa.
Yo había dormido poco, la casa estaba helada, dormimos los niños y yo en mi pieza, creo que hay que ir ambientándose de a poco.
Me bañé rápidamente, mi primogénito estaba despierto, los dos nos vestimos y esperamos al papá que llegara. Al fin llegó, creí que lloraría, pero me pescaron poco...jajajaja.
Fue bueno tenerlo en casa nuevamente, al menos por un rato, ya que ahora anda en la oficina.
Gracias Dios, Universo maravilloso, angelitos preciosos que estamos todos juntos nuevamente.
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