viernes, 16 de abril de 2010

Día 5 intenso


Ayer fuimos a nuestra casa a regar y fue un llanterío a dúo, pensé que les haría bien a los niños estar un rato en casa y redescubrir el hogar, sin embargo no fue así.
Ambos lloraron y lloraron yo terminé estresando más que cuando llegamos.
Mi primogénito me hizo pataletas varias y lamentablemente le pegué, la verdad es que fue muy agotador. Por suerte las cosas se calmaron.
Volvimos a casa y estábamos cansados.
Mi hijo mayor decidió dormir muchas horas.
Por la tarde fuimos a la plaza todos, pasamos un rato en la arena. Mi hijo mayor llevó su bicicleta y decidió estacionarla en el foso de arena, haciendo una pequeña montañita para que se quedara parada. Me gusta la forma que tiene de ir investigando.

Volvimos a casa ya con frío y con hambre, mi primogénito hizo uso de su gran bla bla y pidió le calentaran algo para comer porque tenía hambre. En eso llamó el papá y nos pidió nos conectáramos a Internet para poder comunicarnos, fue un desastre, no podíamos lograr la conexión, y cuando finalmente lo logramos no podíamos conectar la imagen, luego los niños estaba metiendo los dedos en el teclado y tiraban los cables, mi sobrina se puso a llorar y yo sólo quería poder hablar con mi marido. Mi primogénito también quería hablar y me pedía los audífonos y el micrófono, finalmente no pude escuchar la conversa, sólo se que era tarde para mi amado, que estaba cansado y que tampoco nos escuchaba muy bien.
Se nos pasó la hora, mis hijos comieron a medias y luego se quisieron ir a acostar. Yo para variar comí corriendo, me dolía la cabeza.
Me llevé a mi pequeñín para que durmiera, y me costó, en eso llegó mi primogénito, con mi hermano, quien lo llevó a lavarse los dientes y ponerle pañal para dormir, en eso su bebita se puso a llorar, así que terminé rápidamente de ponerles pijama y mi cabeza dolía mas, el dolor se pasó al ojo, luego vinieron las nauseas y decidí medicarme para que la jaqueca no avanzara.
Mis hijos no se dormían y yo comenzaba a transpirar frío. Ambos pequeños estaban con migo en la cama y yo estaba muy incomoda pidiendo se me pasaran los malestares para poder contener a mis hijos. Le pedí al mayor que por favor se acostara en su cama, que yo estaba enfermita, que lo quería mucho, aunque ahora no podía acostarme con él. Lo bueno es que entendió y lo hizo. Mi pequeñín por otro lado se durmió, lo puse en la cama, me acosté transpirando helado y rogando todo pasara. El día había sido tan intenso que mi cuerpo me estaba pasando la cuenta.
Al dormirme me relaje y cuando desperté en la madrugada para amantar ya me sentía mejor.
Gracias

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