El sábado por la mañana teníamos un cumple infantil por lo que no iríamos a comprar las verduras, pero como el sr no llevó los zapatos el viernes, había que ir nuevamente el sábado.
Mi amado se levantó temprano para poder hacer las cosas y llegar a tiempo al cumpleaños. Al volver a casa por fin venía con los zapatitos de mi pequeñín, aún con el barro de aquel sábado.
Muchas gracias don René por cuidarlos y traerlos de regreso.
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