sábado, 14 de abril de 2012

Miercoles por la mañana

Me encanta sacarme los zapatos, los calcetines y andar a pie pelado. Sin embargo no lo hago mucho porque después se me ensucian los pies. Creo que esto es un pequeño detalle de cómo vivo la vida.
Hay veces que me dejo estar porque luego no quiero asumir las consecuencias de mis actos. Eso está bien para algunas cosas tal vez, pero no para otras.
Hoy venía en metro, hacía un poco de calor. Al salir me tocó subir muuuchos peldaños y de pronto en la mitad de la escalera sentí un viento helado, una brisa fresca…ahhhhh que rico!!, sentí el aire tocarme y también entrar frío por mi nariz. Me sentí VIVA, que agradable, me sentí conciente.
Luego en la calle, caminando pensaba sobre mis pasiones, sobre lo que deseo, sobre lo que me hace vibrar el cuerpo, la vida y en lo que estoy estancada. De repente sentí olor a higuera, me devolví sobre mis pasos, quería verla, quería saber si mi olfato me estaba jugando una mala pasada, pero no, ahí estaba, este bello árbol que me cautiva por su olor, color de las hojas y el dulce sabor de sus frutos…
Otra vez me sentí concientemente VIVA. Disfrutando del placer de estar viva. Y también mas conciente de lo que me gusta, de lo que hoy me hace ruido, de lo que está estancado y que si sigue así se anquilosará.

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