Ayer fui a buscar a una amiga a la clínica, ella es paciente oncológica y no la van a dar de alta del cáncer porque nunca le han encontrado el tumor madre, hace 5 años fue la ultima vez, ahora la hicieron pasar por muchos exámenes para saber por qué eran sus dolencias, y cuando yo estaba ahí la enfermera le dice: su último examen, a los huesos dice que NO tiene cáncer. Que felicidad escuchar la noticia, rato antes ya sabía que no tenía al cerebro, ni pulmones y en otras partes mas.
Gracias a Dios y la Virgen, ya que ella es Marianista, NO HAY cáncer.
El diagnóstico que le dieron necesita de un examen, aun cuando el medico está casi 100% seguro de lo que tiene, y es producto de la quimio....
Cuando llegué a casa, después de haberla dejado ya con sus pequeños, entendí lo importante que era haber estado con ella, y tomé conciencia de sentirme honrada por haberla acompañado en esos momentos.
El día anterior cuando me pidió que la fuera a ver, me asusté un poco y vinieron a mi los recuerdos de mi madre y fue un poco duro, como que no tenía ganas de pasar por lo mismo, me sentí un poco cobarde. Pero ya estando, viendo su cara, viéndola sonreír me di cuenta lo importante que era ESTAR y me sentí honrada de poder acompañarla.
Gracias por la confianza y por la oportunidad que la vida me da de estos regalos, sin duda son un aprendizaje.
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