Y de pronto mi cuñada me pide que trabaje para ella y sin dudarlo dije que si.
Estaba algo nerviosa, desperté antes que sonara la alarma, me dolía un poco la guata y me levanté temprano para ordenar todo lo necesario para estar lista.
Llegué y ayudé con algunos detalles. Las mujeres comenzaron a llegar y prontamente entramos en sintonía. Me sentí adentro y afuera, presente y al mismo tiempo intentando pasar a ser invisible , a ratos me hubiera gustado levitar, porque cuando caminaba para fotografiar el suelo sonaba. Descubrí que el teléfono al ser silencioso me permitía ir mas cerca de la gente sin ser escuchada. La cámara me daba mas opciones de planos. Lo disfruté, me gustó tener plata al final del día por haber hecho algo que disfruté, espero que las imágenes lograran captar aquello que las bellas mujeres trabajaron. Me gusta estar en espacios sagrados, en ritos, con mujeres, en espacios sanadores.
Gracias, gracias, gracias, un nueva experiencia mas para mi vida !
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