Mi querida Nina, estoy tan lejos de tu país, recién me entero que partiste...Sólo puedo decir que mis ojos dejaron salir la pena. Pena de no haber ido a ver cuando estabas enferma, como me hubiera gustado abrazarte, cuidarte un ratito.
Confío en que tu cuerpo esta libre de dolor y que podrás flotar y nadar en el universo maravilloso que te vio nacer.
Hace unos días comencé a extrañar, no te veía en las redes sociales y me pareció muy extraño no tener imágenes tuyas. Hoy me comuniqué con un amigo tuyo y me dijo que habías partido, que tu pelea contra el cáncer terminó.
Agradezco a la vida haberte conocido en aquella hermosa playa de México.
Gracias por tu sonrisa, por tu fortaleza, por tu preocupación cuando te pedí ayuda, gracias por el apoyo en la natación, gracias por el color morado y las colas de ballena.
Voy a extrañarte.
Voy a recordarte.
Voy a llevarte conmigo cada vez que vea el color morado.
Si alguna vez voy a Canadá espero poder llevar flores a tu tumba.
Un abrazo en todas las dimensiones.
GRACIAS.
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