Vestí a los niños, tomamos desayuno y más tarde los fui a dejar al colegio.
Volví a casa, hice las camas, arreglé las cosas que necesitaba llevar a la radio y luego me fui al colegio.
Limpié y ordené las cosas en la radio, dejé todo limpio y
perfumado para luego partir a buscar a mi invitada.
Llegué un poquito antes, y cuando ella estuvo lista nos fuimos al colegio.
El programa fue una bendición, mucha iluminación yo estaba muy agradecida.
Salió mi hijo pequeño y nos acompañó a la clase de música de los kinder, terminado eso, fui a dejar a mi invitada a su casa y corrí nuevamente al colegio para ir a buscar a mi primogénito luego a casa donde por fin me senté. Almorzamos en familion, ya que también estaba mi hermano.
Terminado salí a comprar materiales para trabajar los collares que necesito hacer para el domingo. Hacía calor.
Mi hermanito me pasó a buscar al negocio y fuimos en busca de mi sobrina, volvimos a casa. Me puse a crear y luego poner la mesa para dar de cenar.
Bañar a los niños y salir corriendo a coro.
Sólo entonces me puse a pensar en todo lo que había hecho y cómo había corrido durante todo el día.
En el coro encontré mi espacio de conexión, de sonreír y de cantar.
El regreso a casa significo trabajar más en los collares, dejar puesta la mesa para el día siguiente y dormirme cerca de las 2 de la mañana...
Llegué un poquito antes, y cuando ella estuvo lista nos fuimos al colegio.
El programa fue una bendición, mucha iluminación yo estaba muy agradecida.
Salió mi hijo pequeño y nos acompañó a la clase de música de los kinder, terminado eso, fui a dejar a mi invitada a su casa y corrí nuevamente al colegio para ir a buscar a mi primogénito luego a casa donde por fin me senté. Almorzamos en familion, ya que también estaba mi hermano.
Terminado salí a comprar materiales para trabajar los collares que necesito hacer para el domingo. Hacía calor.
Mi hermanito me pasó a buscar al negocio y fuimos en busca de mi sobrina, volvimos a casa. Me puse a crear y luego poner la mesa para dar de cenar.
Bañar a los niños y salir corriendo a coro.
Sólo entonces me puse a pensar en todo lo que había hecho y cómo había corrido durante todo el día.
En el coro encontré mi espacio de conexión, de sonreír y de cantar.
El regreso a casa significo trabajar más en los collares, dejar puesta la mesa para el día siguiente y dormirme cerca de las 2 de la mañana...
Uf, me cansé ahora que hartas cosas hago.
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