martes, 25 de diciembre de 2018

Mi deseo cumplido

Siempre quise que alguna de mis perritas fuera madre y eso nunca había sucedido hasta ahora.
Y la verdad es que ha sido un proceso muy bello que pude seguir desde que ella llegó a casa. Ella llegó de 1 mes y medio y desde entonces me puse a observarla , a contemplarla, a escucharla, en definitiva a conocerla.
Como llegó pequeñita, yo la cargaba cerca de mi pecho para que se sintiera acompañada, y a temperatura, yo creo que ella se acostumbro a mi corazón, a mi voz y que yo fuera su madre sustituta.
A medida que fue creciendo fuimos avanzando y siendo mas compañeras, si bien no hace caso de todas mis ordenes, yo siento que ella percibe que yo la madre y que a veces falta el reto del padre para llevar a cabo una orden.
Fuimos a entrenamiento y me di cuenta que hay cosas que estoy dispuesta para ella y otras no, por lo que finalmente no terminamos (a diferencia de mi perrita anterior). Vino su primer celo y el veterinario me dijo que era mejor esperar otro antes de cruzarla. De todos modos yo andaba en la calle buscando novio, el cual finalmente no funcionò.
En el campo con el perro que tiene mi papà se cruzò apenas se bajo del auto, y al dìa siguiente otra vez.
Entonces hubo cambios de actitud, ella dejò de hacer cosas, se puso mas tranquila, las semanas pasaron, el veterinario y la ecografia confirmaron que venían 4 cachorros en camino, los niños y yo estábamos emocionados, pasaron las 8 semanas y justo al cumplir los 2 meses ella pariò.
Su trabajo de parto fue como yo lo esperaba, con todos dentro de casa, y a mi ojo por si necesitaba ir al veterinario.
Los bebès nacieron bien, sòlo con uno pasamos algo de nervio, pero todos fueron estimulados y reaccionaron bien, ella los amamantò, al segundo dìa colapsaron las mamas, pero con un poquito de ayuda, todo siguio perfecto. Cada día fueron creciendo y saliendo un poco mas afuera de casa.
En su visita al veterinario los encontraron a los 5 muy bien, y que con pocos cuidados todo seguirìa igual.
Hoy ya tienen casi 40 dias, estàn a una semana de irse (al menos 3 de ellos), entonces me entra un poco de nostalgia, no le hemos puesto nombre, y los hemos regaloneado bastante. Cuando salgo al patio ellos me siguen, ya comen del plato, aunque aun se amamantan.
Son una delicias, y tambien dan trabajo, ensucias, lloran, pelean, comen, y son divertidos.
Ha sido una bella experiencia, veo a mi perra cansada y a ratos adolorida, creo que hacerla pasar por esto una sola vez es suficiente, y supongo que mis hijos lo mantendrán en su cuerpo por siempre.
Agradecida de la bella experiencia.


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