domingo, 7 de septiembre de 2014

Mi carta para ti


Hace poco tiempo atrás comencé a extrañarte, no veía tus fotos diarias en la red y me incomodé.
Entonces te busqué sin buenos resultados y me desesperé…
Le pregunté a un amigo tuyo qué había sucedido y me contó que el dia 12 de agosto partiste.
Mis ojos se llenaron de lágrimas, igual que ahora, mientras te escribo, y algo en mí se remeció.
Tenía mucha pena, pena porque nunca pude ir a verte, a abrazarte a compartir contigo, pena porque ya no seguiríamos compartiendo conversaciones, ni fotos, ni podría contarte mis adelantos en la piscina…
La vida se me estremeció porque creo que el cáncer es una enfermedad que vamos creando al no resolver nuestras necesidades en la vida, porque de pronto dejamos de escucharnos, de saber que nos sucede, de hacernos los desentendidos…
La vida se me movió porque me pregunté si la  estoy disfrutando?  Si hago lo que en verdad me gusta?
Cuando nos conocimos ambas estábamos de viaje, disfrutamos del sol, del mar, de la familia, de las ballenas, del aire, de  las flores, de la sonrisa de la gente.
Doy gracias a la vida que nos cruzamos hace algunos años en Puerto Vallarta, que me contaste de ti, de tu amado, de tu cáncer, de los viajes. Doy gracias porque vi en ti una mujer fuerte, con muchas ganas de dar la pela, hasta el final, porque  ibas de frente por la vida, porque tenías una facilidad para conversar con la gente y hacer amigos.
Doy gracias que nuestras vidas se cruzaron porque aprendí nuevamente cosas nuevas y recordé otras.
El color morado siempre me acordará de ti. Y si alguna vez paso por Canadá, te dejaré flores.
Hoy te escribo esta carta, que mandaré a tu hogar, espero que tu pareja pueda leerla, pueda tal vez leértela, pueda acercarnos un poco (aunque creo que estás en todos lados, nadando feliz en el espacio infinito)
Gracias Nina hermosa por ser quien fuiste. Te mando un abrazo eterno, un abrazo sin tiempo ni espacio, un abrazo de alma a alma. Para la vida y también para la muerte.

Ale Paz