jueves, 23 de septiembre de 2010

Pena nocturna

Anoche mientras acariciaba la espalda de mi marido me bajó la pena, a propósito del accidente supongo, que de pronto vuelvo a sentir que la vida es tan frágil.
Aún tengo pena que no he liberado, intento no pensar en lo que paso y tampoco me gusta hablar del accidente, por que creo que ya fue y no me quiero quedar pegada en eso.
Si me llegan a mandar al kine creo que sólo me va a tratar el pie, y la verdad es que esto me ha afectado: el pie, la pierna, la espalda, los brazos, las manos, la musculatura de todo el cuerpo, además de mis campos energéticos, mi espíritu, mi vida familiar, mis quehaceres diarios, mis relaciones con otros, y seguramente algo mas que por ahora no he percibido. Y cuando hoy vaya a control seguro me preguntarán sólo por el pie…

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