Viajar es siempre una alternativa de aprendizaje, de descubrimiento, de asombro, una experiencia para los 5 sentidos , para el corazón, alimentar el espíritu y mas.
Venimos llegando de un viaje, de un lugar lejano y con mucha historia, desconectándonos del día a día, y entrando con todo a un espacio diferente, la cultura, las creencias religiosas, el lenguaje, la forma de vestir, de comer, de manejar...todo tan diferente que es necesario ser flexible para no juzgar, si no, la experiencia se vuelve muy incómoda.
Este viaje fue con un ritmo bastante intenso, de levantadas muy temprano, ya con 5 hrs mas adelante, con una salida del sol mas temprano, a veces caminando bastante y otras durmiendo en una van.
Este viaje que alguna vez, hace ya varios años, hicimos con mi marido hoy lo hacemos con los hijos, es una inversión para aprender, para asombrarse, para contemplar, para el alma y creo que fue totalmente aprovechada. Fueron capaces de darse cuenta de lo que tienen en su país natal, en su cultura, en su propia vida, a veces se sintieron muy molestos, sobre todo por que en nuestro país los animales ya no se usan para turismo, pero aquí las cosas son muuuy diferentes y a ratos no podíamos evitarlo.
Agradecida por esta nueva experiencia, agradecida completamente.
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