Un amigo alguna vez me contó la siguiente historia:
Cuando un elefante es pequeño le amarran una pata con una cadena, la cual no puede cortar, ya que su fuerza no se lo permite.
Cuando el elefante es un adulto, sigue estando amarrado con la misma cadena, pero aprendió desde pequeño, que ella no se corta, y de adulto no lo intenta.
En mi vida aprendí que tengo demasiados cadenas que no me han permitido desplegarse por completo, y que me hacen dudar de ciertas capacidades.
A diferencia del elefante hoy me doy cuenta que si puedo cortar esas cadenas y salir, cambiar mis creencias, eso es doloroso y Maravilloso.
ASI ES Y ASÍ SERÁ.
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