lunes, 29 de agosto de 2016

10.07 hrs

Ayer después de una caminata, casi llegando a casa, encontramos un pajarito... al parecer se había caído del nido, lo trajimos a casa lo dejamos suelto en el living, pero en un dos por tres se metió debajo de un mueble pesado.
Después de acostar a los niños fui al súper a comprar comida para alimentarlo, luego los recuperamos de abajo del mueble, intenté darle de comer pero no quiso, lo metimos en una caja, y lo dejamos para que durmiera. Hoy por la mañana todo estaba muy parecido a la noche anterior...lo niños se levantaron preguntando por el.
Después del colegio volví rápidamente a casa para verlo, estaba con un ala mojada pegado en la caja, lo saqué y le di de comer, se veía cansado, sus patas eran como garras, pero no tenía pico de loro, aun cuando tenia colores verdes y amarillo en algunas partes. Lo puse al sol, pero su respiración cada vez fue mas débil, intenté darle de comer, pero no funcioné... luego de eso lo dejé para que descansara, comenzó a estirarse y de pronto dejó de moverse y de respirar...
Me dio penita, y por mi cabeza pasaron muchas ideas: si lo pudiera haber hecho mejor, si tal vez había que dejar que un gato se lo comiera en la calle, que la naturaleza siguiera su curso...
Yo de aves entiendo poco, no me gustan mucho...apenas crío a mis hijos, no se me hizo fácil con el pajarito...a la vuelta del cole tendré que contarle a los niños....


Recuerdo una vez: fuera del jardín de los niños había un cachorrito en muy mal estado, yo con niños pequeños no quise ni tocarlo, sólo le día agua en un recipiente improvisado, de la cual tomó. (luego me miró) al otro día el cachorrito estaba muerto...
En circunstancias como estas creo que sólo me topo en sus caminos para que tengan algunos minutos de mejoría, pero nada mas...


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