martes, 7 de agosto de 2012

Sin rueditas

Mientras jugaba con mi pequeñín a la pelota, mi primogénito andaba en su bici grande ( no llega bien al suelo) y a cada rato me decía: mamá me puedes arreglar la ruedita chica (de apoyo) que se me corre, la arreglamos varias veces y en un momento le dije: sabes saquemosle las rueditas para saber si puedes andar sin el apoyo, si no, las volvemos a poner. Fui por una llave y se las saqué.

Le dije: yo te ayudo (lo tomé del asiento), tú ocupate de afirmar bien el volante igual que cuando andabas en la bici de madera (sin pedales) entonces él un poco nervioso miraba para atrás para asegurarse que yo estaba con él. Ya hijo, si tu puedes le dije, y lo soltaba de vez en cuando, en un momento, como a la 4ª vuelta del pasaje lo solté y vi que se manejaba MUY bien, podía andar solo, ambos estábamos impresionados de lo que podía hacer. MUY BIEN, le dije, hijo viste que podías!!!

Luego vino lo difícil, como no llega bien al suelo debía aprender a ponerse en marcha sin ayuda, probamos afirmandose de la pared, luego con un pedal arriba, luego con el pedal abajo, luego dándose un poco de impulso, luego yo le sostenía el asiento (esa era la mejor) sin embargo debía aprender solo a iniciar la marcha. De pronto... agarró la técnica y lo logró !!!
Ya era su segundo gran logro, primero andar sin apoyo y luego iniciar la marcha, estábamos emocionadísimos!!!
Por otro lado mi pequeñín agarró su bici de madera y me decía: mira mamá yo puedo andar sin los pies... tomaba vuelo y subía sus pies. Muy bien le dije!!!  aunque seguía pendiente de mi primogénito que fuera tomando confianza de a poco.

Me di cuenta mi primogénito no sabía como parar con la bici, entonces le dije que tenía que usar los frenos, así que le agregamos otra cuota de dificultad, mas tarde se puso patudo y se paró en la bici...jajajjaj ya la confianza era MÁXIMA. El ya se sentía como un GRAN hombre que había logrado en MUY poco rato dominar su bici.
Llamamos al papá para chochear, luego a algunos de la familia.

YO a punto de llorar, agradecida de poder estar presente en este momento, y de haber estado en otros, como cuando aprendió a caminar, cuando dijo su primera seña, cuando dijo su primera palabra, cuando le salió su primer diente de leche, cuando se le cayó, cuando le salió el diente definitivo.

GRACIAS a la VIDA que estoy aquí con ellos y puedo ser parte de sus logros, gracias por que puedo acompañarlos en estos momentos.
Mis hijos son maravillosos y a  veces lo olvido, siento el pecho caliente, en una mezcla de emoción y penita.Gracias por que mis hijos van creciendo y están bien.

La tarde refrescó entramos a casa, se guardaron las bicis, mi primogénito cantaba  en el living feliz de la vida, emocionado, contento de lo que había logrado y por supuesto cuando llegó el papá sacó la bici nuevamente para mostrarle lo que era capaz de hacer.
La baba nos corría...que delicia, que gozo !!!.



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