miércoles, 8 de abril de 2009

Mi maratón (parto 100% natural)

El domingo pasado salimos de casa cuando se estaba corriendo la maratón de Santiago, a propósito de eso pensé en mi parto… es MI PROPIA maratón.
Mi forma única de mejorar, de sobrepasar mis límites.

El lunes de madrugada, después de un intenso día de actividades, comencé con contracciones, sentí que eran un poco diferente a las que ya había tenido, aunque no eran del todo regulares, esperé un rato y decidí de todas formas llamar a la matrona y contarle lo que pasaba, me dijo que tomara un baño de tina y luego la llamara para saber cómo íbamos, también decidí llamar a mi ginecólogo, y a mi hermano para que estuviera atento en un rato mas a ir a cuidar a mi hijo…
Me metí a la tina por un largo rato y al salir, sentí un profundo y calador dolor…
Creí que me desmayaría y luego le pedí a Dios poder llegar a la clínica, porque temí no poder hacerlo. A las 3:10 de la madrugada llegamos y minutos después llegó la matrona, quien me examinó y llamó a mi gine para que se viniera rápidamente, porque estaba con una dilatación de 6 a 7, uuups ! pensé, esto va demasiado rápido, espero mi doc alcance a llegar.

Pasamos a la sala de preaparto y los dolores se intensificaban rápidamente, aunque con cada respiración yo visualizaba que mi útero se conectaba con mi vagina para transformarse en un solo canal, en el ínter tanto rogué por un pichintun de anestesia para ayudar a pasar el dolor, y la matrona me repetía, debemos esperar al ginecologo...
Además de eso le pedía a mi marido que por favor me conversaran y mantuvieran mi mente pendiente en afirmaciones y no en el dolor físico.
Cuando finalmente llegó mi doc pensé que vendría la ayuda de la epidural, y luego del tacto me dijeron estás lista…. No lo podía creer, no habría anestesia, tenía que aperrar.
Mi hijo estaba por salir, el momento esperado, visualizado y por el que había trabajado y esperado casi 40 semanas estaba llegando a su final y a también su principio.

De pie, colgada del cuello de mi marido (un gran contenedor) quien me seguía dando afirmaciones y alentándome para que siguiera por el buen camino que ya estaba terminando, los dolores eran mas espaciados aunque MUY intensos, sentía que me ardía, que me quemaba por dentro y cada pujo se hacía cada vez mas ardiente, fueron pocos. Yo era capaz de sentir como bajaba la cabeza de mi hijo por el canal de parto hacia el suelo, mi ginecólogo con sus manos estaba listo para recibirlo, yo sólo intentaba ocuparme de hacer mi trabajo, grité, sentí que mi grito salía desde el útero, desde el interior de mis entrañas, con toda una fuerza que jamás imaginé tener…
ME DUELE MUCHO GRITABA y con cada grito mi hijo salía, sentí expulsar su cabeza y segundos después su hermosos cuerpo, ya estaba completamente afuera.
Mi hijo maravilloso. El ardor, había desaparecido y el mojado cuerpo de mi hijo estaba fuera, me saqué toda la sudada ropa que llevaba hacia arriba y me lo pusieron al pecho, ahí sentí su calor, su olor, su respiración, un poco de llanto, su sangre que también era la mía, vi su cordón que dejaron latir hasta que paró voluntariamente. Estábamos los dos conectados por el cordón, desde nuestros cuerpos desnudos, unas largas horas, disfrutándonos, sintiéndonos, reconociéndonos, yo amándolo profundamente, dando gracias a Dios por la llegada de este segundo y hermoso regalo de la vida.

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