domingo, 27 de marzo de 2022

Analogía

Cuando retomé subir cerros (hace pocos años atrás) al principio fue con varias mujeres los fines de semana y la conversa era desde que tocábamos la tierra para subir hasta que nos sacudíamos los zapatos  al regreso. Luego me di cuenta que en ese camino no había un espacio de contemplación. Al año siguiente subí con una excompañera de curso y me gustaba parar para contemplar el camino recorrido, lo avanzado en él (tanto como en los procesos de la vida), y al llegar a la cima me gusta la opción de saber que tengo otra meta cumplida, la posibilidad de recostarme arriba de una roca o de subirla y de mirar el amplio panorama desde la altura, viendo como la ciudad se ve tan pequeña, escuchar el silencio, el viento, las aves, descubrir flores que otras veces no estaban...Eso es maravilloso, dormir algunos minutos al lado de un rio, hasta ahora son espacios que valoro, que añoro, que disfruto, aun cuando termine casada fisicamente. Son el recorrido de mi propia vida, mi andar, por senderos a todo sol, por piedras que me doblan los pies, por subidas duras y agotadoras. El detenerme a mirar el camino recorrido, lo que ya avancé y lo que queda por llegar a destino, me recuerdan quien soy, mi fuerza, mi coraje, mis garras, mis ganas, lo fuerte de mi mente, de mi cuerpo, Sentir el viento que calma el calor en la cara, sentir el calor que calienta cuando hace frío, escuchas las aves, contemplar las diferentes etapas de las flores,  los ciclos propios.....Estoy viviendo, conscientemente, agradecidamente., valientemente, confiada.
GRACIAS GRACIAS GRACIAS

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