Estando en la feria con mi casera de siempre sucedió que llegó uno de sus vendedores diciendo, yaaaa, al fin, pasaron la frontera!! MI señora ya está en Chile.
Yo contemplaba a este personaje, él me traspasaba emoción, alivio, nerviosismo y alegría. Sus ojos tenían un brillo especial, me parecía que se aguantaba las ganas de llorar y de abrazar a alguien.
Yo estaba ahí, mirándolo, intentando empatizar con su sentimiento. Trataba de imaginar cómo sentía saber que su señora y tal vez hijos ya habían pasado la frontera. Por lo poco que comentaron, él llevaba horas esperando la noticia y la angustia lo había acompañado largo rato. Al fin la noticia llegó y era positiva, de seguro su sonrisa perduraría largo rato y la calma volvería a él. Ojala que hoy ya hayan podido reencontrase.
Ser migrante ha de ser siempre doloroso, por que siempre hay abandono. Ese día me fui pensando en el y lo que representa.
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