Ay Mariela...

 Mi querida Mariela, el día de tu funeral conocí a una amiga tuya, amiga de esas que te conocen hasta en los silencios, una mujer a la que he tenido poco tiempo para conversar, pero parece que eso no importa, por que la conversación es directa, al grano de inmediato, no hay vueltas, la vida nos lleva al centro, desde que intercambiamos al primeras palabras.
Es mas, hoy le hablé y me dijo, me estaba acordando de ti, y luego comenzó un ir y venir de cosas que jamás pensé que sucederían. Es impresionante como la vida me va sorprendiendo cada vez.