Y la verdad soy de la minoría, porque me siento afortunada de este tiempo, veo que las rutinas se han mantenido, nos levantamos temprano, hacemos las comidas juntos, conversamos, mis hijos asisten a clases virtuales y están conectados principalmente durante la mañana y luego juegan o tienen deportes. Desordenan, gritan, ensucian, sudan, pelotean, arman, desarman, crean... los veo felices. A ratos me siento cansada, sin embargo agradecida.
Hemos tenido la posibilidad de estar juntos, de tener espacio para las actividades que requieren, han podido compartir con sus abuelos y primas y amigos cuando se ha podido.
Han perdido de ir al colegio, de estar con el curso y profesor@s, y los veo bien en general.
Año 2020 ha sido sin duda muy diferente para el mundo, y enriquecedor para mi.
Agradezco que la vida nos haya dado esta posibilidad, de mirarnos mas, de acompañarnos mas, de hacer rutinas nuevas, de priorizar.
No se como viene el futuro, creo que cada día es bueno ser consciente que no controlamos nada, que lo que planificamos en un dos por tres cambia y entonces hay que aprovechar el desafío.
Hay que anclar lo bueno, para tenerlo en el disco duro para cuando sea necesario.
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