Pocas horas de sueño valen la pena para subir el cerro con 3 bellas mujeres, es tan especial este espacio, ponemos los pies en la subida y comienza la magia, las palabras brotan de nuestras bocas y comienzan las conversaciones profundas, nos ponemos vulnerables y es maravilloso. Nos atrevemos y conversamos de aquellas cosas que usualmente tenemos guardadas, por que no hay tiempo, porque no hay silencio, por miedo, por no se que. Lo que si se es que me encanta la excusa del cerro.
Primero porque me gusta caminar, el contacto con la naturaleza y por que me gusta conversar.
Agradecida!!! y con la rodilla un poco resentida.
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