viernes, 28 de enero de 2011

Ruido y silencio

Una de las cosas poco gratas de estar en lugares concurridos para vacacionar es que se produce demasiado ruido, tanto que no puedo ni escuchar mis pensamientos. La hora de las comidas era demasiados cubiertos golpeándose, mucha gente conversando, comida preparándose, música...
En la playa la gente trabajando, vendiendo sus productos, negociando precios, gringos conversando a decibeles demasiado altos, de pronto me acordaba de La Mafalda, cuando llegaba con sus padres a la playa y había una persona escuchando radio a todo volumen, entonces ella se presentaba después de haberle enterrado la radio en la arena y le decía: Mafalda, buscando la tranquilidad de este lugar".
Por suerte existían los momentos para poder escuchar el mar, contemplar la luna llena, las estrellas y las aves.

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