Como siempre la conversación y la compañía fue buena, con bastante intensidad a ratos, Yo paraba a mirar el camino recorrido, la vista, contemplar, disfrutar y agradecer por el bello regalo. En algún momento pensé, el día mas hermoso nos tocó.
Tomé tantas fotos, disfruté ver la flor del Chagual en un color mas oscuro que el cerro anterior. Faltaba poco para llegar a la cumbre, pero se me perdió el sendero, entonces mi amiga me dijo, te espero, y decidí subir por cualquier lado, en la camino a veces me arrepentía, pero faltaba tan poco, luego pensaba, si llego a la cima posiblemente vea el sendero de regreso, si no tendré que bajar de poto, falta cada vez menos, me costó tanto venir, no se cuando volveré a subir otra vez, ya casi, ya casi, di lo mejor de mi, y lo logré y me sentí maravillosamente agradecida, bendecida. Disfruté mirar desde la cima los 180 grados que me permitía la vista, vi la nieve, otras cumbres, las nubes, la contaminación, las construcciones, sentí el cantar de los pajaritos, el sol, el aire...LA VIDA.
La bajada fue ruda, la costura de los calcetines me provocaban roce en los dedos de los pies, sabía que si no hacía algo pasaría a ampolla o herida, los parches no fueron suficientes ni dar vuelta los calcetines, caminar esquivando ayudó algo. Ya casi abajo doblamos donde no era y nos pasamos casi 20 min...volver a la ruta nos hizo demorar.
Llegamos al auto, cansadas, adoloridas y felices.
GRACIAS por la vida y las opciones que puedo tomar por MI.
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