Y entonces aprovechando que no tenían clases nos fuimos al cerro, tenia la sensación que pasaría tiempo antes del siguiente cerro y no quería bajarme de este...Al día siguiente se decretó cuarentena...buuu
Lo bello con que nos topamos fue la flor del chagual, nunca la había visto y es realmente hermosa, en tono azul. Si bien este cerro está al lado del que fui la ultima vez, la vegetación es un poco diferente, grandes cactus, y también habían vacas. Agradecida de poder compartir estos senderos con los niños, la bajada fue sin saber el camino, yo creo que no querer irme afecto bastante..
Llegamos sanos, salvos, contentos y agradecidos de compartir con el cerro y con nosotros mismos.
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