jueves, 27 de septiembre de 2018

Mario

Si mal no recuerdo, hace 3 semanas nos enteramos que estabas enfermo. Cuando supe que te estabas quedando con tu hijo te pregunte si podía ir a darte un abrazo y de inmediato me dijiste que si.
No quería que el tiempo pasara sin perderme esa oportunidad, entonces fui, poco rato, pero intenso. Te dije que era la primera vez en 4 años que te veìa sin afeitar, conversamos de cosas importantes, me contaste de tu enfermedad y de las bellas conversaciones "del alma" que tuviste con tu hijo mayor, algo hablamos de la muerte y obvio nos abrazamos. Cuando me iba me dijiste que me querías, no era la primera vez que lo escuchaba de ti, sin embargo fue la vez que màs lo atesore.
En préstamo te dejè un libro, que lo había comprado recién y que quería lo leyeras primero y luego lo conversáramos...No terminaste de leerlo, el único comentario que me diste era que el libro te hacìa sentido

A la semana siguiente fui a verte con nuestro grupo de coro, los poco días no habían pasado en vano, claramente la enfermedad se hacia notar en tu cuerpo...lo iba apagando rápidamente.
Cantamos un poco, entre el "sueño" y la vigilia intentaste seguir el ritmo, y nosotros intentamos acompañar tu corazón con la música que siempre te ha acompañado. fueron momentos duros y que cada uno guarda.
Hoy fue tu velorio, había mucha gente, en especial compañeros de tus hijos, niños que aun no entran en la media, que aun tienen muchas cosas que  vivenciar.
Me llamò mucho la atenciòn que al lado de tu urna estaba tu teclado, compañero recurrente en las misas y también un acordeón. Lo mas posible es qu esos espacios no los llene nadie...
Te deseo un viaje al descanso, a la luz, a la paz, al reencuentro de lo que necesitas.
Te quiero amigo, intentare cantar para ti en la misa sin lágrimas.

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